Lo más difícil de la docencia.

Lo más, más, más, más difícil, es hacer que gente que cree que quiere estudiar algo, realmente quiera hacerlo.

Es complicadísimo conseguir la atención del alumnado. Y además, que este aprenda. Y es terriblemente absurdo; ¿Por qué yo profesor tengo que molestarme no solo en enseñar, sino que me quieran escuchar? ¿Esto no debería ser su trabajo?

Joder, sí. Pero en un mundo de estímulos, de estrés, y de tareas infinitas por hacer, la motivación dura el rato en el que estoy con ello. Así que si en ese rato consigo que me escuches, quizá puedo hacer que te salgas de ese mundo de estímulos, estrés, y tareas infinitas por hacer. Y quizá, la próxima vez vengas realmente, a aprender.

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